Es muy probable que el mundo vuelva a afrontar otra pandemia como la del COVID-19, por eso los Estados no pueden bajar la guardia, deben mantenerse alerta, tener planes sólidos de vacunación e implementar estrategias de prevención y vigilancia ante otros virus que nos acechan, como el de la influencia aviar, que viaja con las aves silvestres en sus rutas migratorias.
El 5 de mayo, el investigador en salud etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró que –por recomendaciones del Comité de Emergencias de la Organización– se tomó la decisión de ponerle fin a la emergencia de salud pública que se venía presentando desde 2020. Sin embargo, hace unos días él mismo emitió una alerta por la posibilidad de que lleguen nuevas pandemias y recalcó en la necesidad de que los países estén preparados para lo que pueda pasar.
Esta alerta trae consigo una serie de reflexiones sobre el manejo y control de los virus existentes hoy, ya que cuando apareció el COVID-19 el impacto mundial fue evidente y tomó a todos los gobiernos desprevenidos, sin una hoja de ruta clara para sobrellevar las dificultades sanitarias, económicas y sociales que este implicaba. Desde 2020 se han registrado más de 6,8 millones de muertes y más de 600 millones de casos en el mundo, por lo que es crucial que en una pandemia los Gobiernos aprendan de lo ya ocurrido.
Según expertos, el COVID-19 aún sigue circulando y tiene a la variante ómicron y a sus subvariantes como las principales mutaciones, pero hay otros virus que hoy empiezan a cobrar relevancia y a ponerse sobre la mesa; uno de ellos es la influencia aviar, que en Colombia, por tener rutas migratorias importantes, es clave monitorear y prevenir.
El médico infectólogo Jorge Cortés, profesor de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y del Hospital Universitario Nacional (HUN), explica que “desde las décadas de 1970 y 1980 se espera que haya pandemias por virus respiratorios, en especial por los virus de la influenza, ya que tienen la capacidad de mutar, y por ende de generar nuevas variedades no tan conocidas para la humanidad, como pasó con el SARS-CoV-2, solo que este era diferente a la influenza”.
En la actualidad las alarmas de la OMS se dan por virus aviares altamente patogénicos, llamados así porque se ha visto que son capaces de generar una gran morbilidad y mortalidad en aves.
“En octubre y noviembre de 2022 hubo una serie de identificaciones en suelo colombiano –costas del Caribe y del Pacífico– del virus de influenza H5N1 en aves de traspatio, es decir pollos, gallinas y patos de corral en granjas pequeñas que no forman parte de granjas industriales o compañías que venden miles y millones de estas aves”, anota.
Asegura que “con el inicio del invierno en el hemisferio sur se espera que las aves migratorias vuelvan a volar hacia el norte llevando los virus por Colombia y demás países de la región, hasta llegar a su destino”.
El problema radica en la exposición de estos virus a las aves de corral que están en contacto con personas, y que por su naturaleza mutable y de replicación pueden contagiarlas. Usualmente el paso de la influenza a humanos es más fácil a través de los cerdos, que también se pueden ver afectados por las aves (son un potencial intermediario), como ocurrió en 2009 con la influenza H1N1.
“Algo importante es determinar hasta qué punto es posible que haya contagio entre humanos después de tener contacto con las aves, o si son casos aislados por el cercanía con las aves. Si el virus entra en contagio entre personas se tiene una potencial pandemia”, indica el experto.
Como cada cierto tiempo hay una frecuencia mayor de los virus asociados con aves, en el sudeste asiático la industria avícola ha tenido que sacrificar en varias ocasiones millones de aves para evitar que estas virosis pasen a los seres humanos. Entre las aves, la influenza aviar tiene un alto porcentaje de letalidad, pero las que sobreviven pueden diseminar el virus a mayores distancias.
“El virus de la influenza muta y se clasifica según dos proteínas que tiene en su superficie: H y N, que son enzimas diferentes y que dan el nombre a las variaciones. Aunque hoy está muy presente el H5N1, se pueden presentar otras variaciones que necesiten igual o mayor control”, explica el doctor Cortés.
La capacidad de los Gobiernos para tratar está problemática es un tema que se debe fortalecer con mejores planes de prevención y control, además de la vacunación y caracterización de los virus y sus mutaciones. La OMS insta a los países a generar tratados internacionales que actúen de manera rápida y eficaz para que las pandemias no nos ganen la partida y no tengamos que vivir algo como lo ocurrido con el COVID-19.
Agencia Unal