En promedio, un colombiano consume cada año alrededor de 50 litros de cerveza, una cifra nada cercana a los 150 litros que se estima bebe cada habitante de República Checa, considerado el país más cervecero del mundo. El dato indica que el mercado nacional todavía puede crecer.
“Echar pola” es algo que va más allá de una actividad social, ya que la producción cervecera es un renglón importante de la economía colombiana, un negocio que genera alrededor de 9 billones de pesos al año. Dentro de esta industria, la cerveza artesanal se abre campo con una importante tecnificación, su producción abastece más del 90 % del consumo interno y se mantiene en los primeros lugares en América Latina.
La cerveza artesanal es una bebida elaborada manualmente que comprende entre 2,5 y 12 grados de alcohol, resultantes de un proceso de fermentación alcohólica por medio de levaduras, granos, cereales malteados, lúpulos, agua potable y microorganismos de uso comercial, entre otros ingredientes.
Cualquier microempresario puede solicitar ante el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) el registro sanitario de bebidas alcohólicas fabricadas y comercializadas, con una vigencia de 5 años, siempre y cuando cuente con el certificado en Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), lo que en muchas ocasiones resulta un obstáculo para los emprendedores cerveceros.
Así lo establece el Decreto 1366 de 2020 expedido por el Invima, entidad que tras el censo a establecimientos dedicados a la elaboración de bebidas alcohólicas reportó que de las 211 microempresas de cerveza artesanal existentes en Colombia, solo 18 cuentan con el certificado en BPM.
De ahí la importancia de la formación y del papel que entra a jugar la UNAL en la dinamización de un sector ávido de conocimiento, técnicas y buenas prácticas que les permita certificarse y cumplir con las condiciones higiénicas y sanitarias para no poner en riesgo la calidad del producto.
De calderos a laboratorios
El Centro de Educación Continua y Permanente de la UNAL Sede Palmira tiene abiertas las inscripciones para un curso de 20 horas que se dictará los sábados y en el que los asistentes aprenderán tanto de la historia y la evolución de la cerveza como de los insumos y materias primas necesarias para su fabricación. Además harán prácticas de laboratorio con la elaboración de lotes pequeños y conocerán de cultura cervecera durante el aprendizaje.
El curso está dirigido a aficionados sin ningún conocimiento previo que quieran aprender a preparar la cerveza, o a emprendedores que quieran desarrollar su propia marca. La Universidad pone los insumos, el espacio para realizar el curso, y al finalizar certifica a los participantes.
“Por lo general las cervezas más vendidas en el país no son las mejores”, indica el químico farmacéutico David Alejandro Palacio, encargado de impartir el curso en la UNAL, y agrega que “no es lo mismo degustar una cerveza elaborada por máquinas industriales que disfrutar de una hecha artesanalmente, por sus características sensoriales”.
Para el experto, “la ventaja de esta formación radica en su carácter demostrativo, ya que les permitirá a los asistentes ensayar el proceso (prueba y error) en el laboratorio y replicarlo en su cocina con una olla de 4 o 5 litros. Para los emprendedores se debe contemplar un espacio para las instalaciones y el montaje de los equipos, y además deben contar con los recursos financieros necesarios para adecuar una planta”.
Las materias primas y los implementos necesarios para preparar cerveza artesanal no requieren de grandes inversiones, pero sí de conocimiento del sector, asesoría que se brindará durante el curso.