El metapneumovirus (aMPV) es un virus del cual, aunque en Colombia no se han reportado casos, sí necesita una vigilancia constante, ya que su naturaleza es asintomática, especialmente en aves silvestres, lo que dificulta su detección oportuna. Por eso, expertos en salud animal de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) proponen realizar un diagnóstico de la situación en aves comerciales y silvestres del país y del impacto que esto tendría en la producción avícola nacional.
La Organización Mundial de la Salud Animal (OMSA) clasificó el metapneumovirus como un “agente viral limitante para la producción animal”, lo cual puede ser determinante en el caso de Colombia, ya que solo en 2022 se registró un crecimiento del 7,3 % de la industria avícola del país, el porcentaje más alto de los últimos 15 años, que se tradujo en un volumen de 1,8 millones de toneladas. Además, el consumo de pollo por persona alcanzó los 36,3 kilos.
El aMPV y sus cepas se han identificado en gran parte del planeta, y aunque en Colombia no se han reportado casos, el país sí puede ser un importante foco de contagio, debido al aumento en producciones como la de carne de pavo, y a que es un país con gran diversidad de aves silvestres y destino en la ruta migratoria de varias especies. De hecho, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) lo incluyó dentro de las “enfermedades de declaración o notificación obligatoria” para hacerle un estricto seguimiento.
Por esta razón, el médico veterinario David Santiago Escobar Alfonso, estudiante de la Maestría en Salud Animal de la UNAL, busca indagar y determinar con técnicas moleculares (rtPCR de los genes N y G) y de bioinformática –establecer relaciones filogenéticas entre los subtipos encontrados, utilizando softwares como el Molecular Evolutionary Genetics Analysis (MEGA)–, si en el país circula algún subtipo del virus en aves silvestres o comerciales, y, de ser así, establecer cuál es el subtipo que predomina.
“Se tiene planeado tomar 200 muestras del tracto respiratorio o del reproductivo de aves comerciales (ponedoras, reproductoras o pollos de engorde), y además otras 40 muestras de aves silvestres que ingresen a la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Aves Silvestres (URRAS) de la UNAL. Se prestará especial atención en los órdenes Falconiformes (como los halcones), Psitaciformes (por ejemplo loros), Gruiformes (entre ellos las grullas) y Galliformes (gallinas o pavos, entre otros)”.
Añade que “con los análisis se espera confirmar la presencia de aMPV en Colombia y estandarizar un protocolo en tres fases de detección de los subtipos A y B del virus, sin descartar la presencia de algún otro, y así contribuir a la prevención y el seguimiento de esta enfermedad”.
Del virus a la enfermedad
Las complicaciones más frecuentes que produce dicho agente viral aviar son la infección conocida como “síndrome de la cabeza hinchada” en pollos, y la rinotraqueitis en pavos, patos o faisanes domésticos; estas afectaciones no solo se producen en aves comerciales, sino que se han detectado –mediante técnica moleculares y serológicas o de anticuerpos– en algunas aves silvestres, las cuales portan el virus de manera asintomática y facilitan su propagación y transmisión.
Según el médico veterinario, en el síndrome de la cabeza hinchada, el virus se replica por la parte tractorrespiratoria superior, luego infecta células como los macrófagos y se disemina en otros tejidos, llegando al tracto reproductivo; esto puede generar cuadros respiratorios leves y moderados, pero también cuadros nervioso severos, con una especie de torticolis en el cuello de las aves. También una disminución en el crecimiento del huevo hasta en un 30 % y en su capacidad reproductiva. Aunque su mortalidad es relativamente baja –entre 0,4 y 5 %–, esto se puede complicar con la infección de otros virus al mismo tiempo.
Según estudios realizados en países como Estados Unidos, los principales factores de riesgo son las rutas migratorias de estas aves silvestres, la proximidad de cuerpos de agua cerca de granjas avícolas y la ruta de las aves, así como las estrategias de bioseguridad que maneja cada granja, en donde las que tienen peores medidas favorecen la diseminación del virus.
Existen algunas limitaciones para el diagnóstico de la enfermedad, entre ellas: tener un cuadro clínico leve, un tiempo de incubación y excreción corto (de 3 a 10 días en donde al es difícil identificar el virus), y la presencia de infecciones secundarias o de otros patógenos que se consideran más importantes pertenecientes al complejo respiratorio aviar (Mycoplasma); por lo que es clave seguir estudiando el virus y saber si está circulando en el país para estar preparados y tener mejores estrategias de control.
La charla sobre metapneumovirus se dio en el marco de la Semana de la Veterinaria realizada en la UNAL.